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Cada cual ayuda a su vecino
y dice a su hermano: «¡Esfuérzate!»
El carpintero anima al platero
y el que alisa con martillo al que bate en el yunque,
diciéndole: «¡Bien está la soldadura!»
Y luego lo afirman con clavos
para que no se mueva.

Pero tú, Israel, siervo mío eres;
tú, Jacob, a quien yo escogí,
descendencia de Abraham, mi amigo.

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